Acaba el año, ya sé que no es ninguna novedad, pero para mí es algo muy especial. No por las celebraciones y demás, si no porque es mi primer año ejerciendo como alcalde. Me siento orgulloso de mi equipo y de sus logros durante este 2009, un año dificilísimo, muy duro. La crisis y los problemas que se han derivado de ella han dejado a demasiadas familias sin recursos, en situaciones precarias que no hubiéramos imaginado hace un par de años. Por ello tenemos que esforzarnos aún más para paliar la dureza de este vendaval.
Los 800 puestos de trabajo que hemos logrado generar entre el desarrollo del PAU-5 y el Plan E son un grano de arena. El desarrollo empresarial que hemos emprendido (PAU-5) nos garantiza una perspectiva de futuro indispensable para Parla. La creación de la Casa de la Juventud, la segunda biblioteca municipal, la Escuela Municipal de Música y Danza y el nuevo centro asociado a la UNED son otros de los proyectos que más satisfacción me producen. Todo lo relacionado con la educación y la cultura es una inversión tan necesaria como rentable. Quizá sus efectos no sean inmediatos, pero sí imprescindibles.
Además, hemos hecho de Parla una ciudad más dinámica y cohesionada con una clara apuesta por el transporte público y logrado algo que, por derecho, nos correspondía: que el aparcamiento del hospital tenga dos horas y media de uso gratuito.
Alguno ya estará criticando el triunfalismo del alcalde. No, por favor. Nos queda muchísimo por hacer. Reconozco que hay problemas de difícil solución para los que no tenemos una varita mágica, pero para los que tenemos que emplearnos, si cabe, con más ahínco. Y para poder darles una solución reclamo la responsabilidad compartida de todos: instituciones (independientemente de su rango o de quién las gobierne), organizaciones, entidades y ciudadanos. Todos tenemos que trabajar para lograr un objetivo común: crear las bases del desarrollo de la ciudad. Porque el futuro de Parla es nuestro futuro.
Entre lo que decía Winston Churchill (“El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse”) y lo que comentó Colin Powell (“No hay secretos para el éxito. Éste se alcanza preparándose, trabaja arduamente y aprendiendo del fracaso”) elijo la segunda opción. Aprendemos de nuestros errores, nos preparamos para mejorar y no dejamos de trabajar ni un segundo.
¡Feliz 2010!
Los 800 puestos de trabajo que hemos logrado generar entre el desarrollo del PAU-5 y el Plan E son un grano de arena. El desarrollo empresarial que hemos emprendido (PAU-5) nos garantiza una perspectiva de futuro indispensable para Parla. La creación de la Casa de la Juventud, la segunda biblioteca municipal, la Escuela Municipal de Música y Danza y el nuevo centro asociado a la UNED son otros de los proyectos que más satisfacción me producen. Todo lo relacionado con la educación y la cultura es una inversión tan necesaria como rentable. Quizá sus efectos no sean inmediatos, pero sí imprescindibles.
Además, hemos hecho de Parla una ciudad más dinámica y cohesionada con una clara apuesta por el transporte público y logrado algo que, por derecho, nos correspondía: que el aparcamiento del hospital tenga dos horas y media de uso gratuito.
Alguno ya estará criticando el triunfalismo del alcalde. No, por favor. Nos queda muchísimo por hacer. Reconozco que hay problemas de difícil solución para los que no tenemos una varita mágica, pero para los que tenemos que emplearnos, si cabe, con más ahínco. Y para poder darles una solución reclamo la responsabilidad compartida de todos: instituciones (independientemente de su rango o de quién las gobierne), organizaciones, entidades y ciudadanos. Todos tenemos que trabajar para lograr un objetivo común: crear las bases del desarrollo de la ciudad. Porque el futuro de Parla es nuestro futuro.
Entre lo que decía Winston Churchill (“El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse”) y lo que comentó Colin Powell (“No hay secretos para el éxito. Éste se alcanza preparándose, trabaja arduamente y aprendiendo del fracaso”) elijo la segunda opción. Aprendemos de nuestros errores, nos preparamos para mejorar y no dejamos de trabajar ni un segundo.
¡Feliz 2010!