
Once concejales sobre veinticinco. La legislatura no se preveía sencilla. Además, la economía municipal anclada en la anterior crisis y la falta de liquidez no ayudaban en la tarea de gobierno.
Pero al mal tiempo buena cara. Y a las dificultades se contraponía una gran ilusión por transformar, crear, mejorar y definir el futuro de una ciudad a la que queríamos y en la que creíamos. La tarea se presentaba apasionante.
Manos a la obra.
Primero. Mejorar la calidad de vida de los vecinos con una remodelación integral de la ciudad: calles, aceras, interbloques, alumbrado, zonas verdes, parques infantiles, colegios...
Segundo. Crear las infraestructuras que necesitaba Parla. La primera piscina cubierta, la biblioteca Gloria Fuertes , el complejo A. Di Stefano, nuevos autobuses urbanos, la jefatura de Policía Local, la Escuela de Música y Danza.
La fisonomía de nuestra ciudad cambió. Pero aún más importante fue que nuestra gente, mi gente, comenzaba a decir que vivía en Parla. Comenzábamos a sentirnos orgullosos de ser de Parla, de saber que conseguimos lo que nos proponemos y que la recompensa del esfuerzo colectivo da sus frutos.
Nuestra ciudad se reconocía como tal: una gran ciudad. Grande por sus gentes y por nuestra ambición de progresar y buscar el mejor futuro para nosotros y los nuestros.
Peleamos por un Hospital y lo conseguimos. Es evidente reconocer que aún faltan medios materiales y humanos para que nuestro derecho a una sanidad de calidad sea del todo cierto. Pero este aspecto tan importante tendremos tiempo de comentarlo.
Comenzamos un gran reto, Parla Este, con 11.800 nuevas viviendas, nuevos vecinos, 85% de vivienda protegida. No podíamos permitir un nuevo barrio sin los más elementales servicios, ni tener dos ciudades: la vieja y la nueva.
Había que establecer un buen sistema de transporte público. Hoy tenemos el tranvía.
Todo en diez años. Una década en la que se han sumado muchos esfuerzos, ideas, propuestas, horas de trabajos, disgustos, sinsabores, momentos de soledad y discusiones de muchos.
A todos ellos GRACIAS, porque ha merecido la pena. Al menos, yo así lo creo. Espero que vosotros también.