
Eso, precisamente, es lo que quiero que nos paremos un momento a pensar. ¿Qué podemos hacer para que la calidad de vida de esos ciudadanos sea similar a la de los demás? Aquí, en Parla, tenemos que dar ejemplo y por ello vamos a construir un Centro de Día para estas personas. Es algo que veníamos reclamando a la Comunidad desde hace demasiado tiempo. Así que hemos decidido no esperar más, porque la integración de los discapacitados es una tarea en la que nos debemos implicar, y construiremos este nuevo espacio para los discapacitados intelectuales. De acuerdo con las asociaciones del municipio, atenderemos a entre 30 y 40 personas a las que, por responsabilidad, debemos nuestro apoyo.
Pero hay más. No quiero que se entienda como un hecho para colgarme medallas, porque en este tema siempre tengo la sensación de que los méritos nunca son suficientes. Pero para aquellos que pueden desempeñar un trabajo, también estamos dando pasos con empresas que se van a instalar en la ciudad. Así, Decathlon incorporará a seis discapacitados intelectuales menores de 30 años en la nueva tienda del PAU 5. Todos ellos participaban en las actividades del Centro Ocupacional Villa de Parla y lo seguirán haciendo ya que podrán compatibilizar su inserción laboral con sus actividades formativas, muy importantes para conseguir una plena integración. Me siento orgulloso de estos vecinos. Como de los que han trabajado en el ajardinamiento de alguna urbanización en Parla Este y el resto que, seguro muy pronto, firmarán contratos en otras empresas.
Acabo con una última reflexión, dedicada a las familias. Las grandes olvidadas y las que más sufren las injusticias que padecen los discapacitados por el mero hecho de serlo. Cada día avanzamos más y lo seguiremos haciendo, pero para ello necesitamos que todas las familias sientan nuestro calor y apoyo. Quiero que sepáis que no estáis solos, que nuestro respaldo sólo puede seguir creciendo, que no basta con eliminar barreras arquitectónicas o laborales. Éste es un objetivo de todos, porque como me dijo una vez un familiar de un chaval del Centro Ocupacional: “No es la discapacidad lo que hace difícil la vida, sino los pensamientos de los demás”.