El título de este texto no es idea mía, es una frase que pronunció el escritor neoyorquino Joseph Heller y que hace uno o dos años alguien pronunció en uno de los actos que tuvimos con motivo del día del Niño. Este sábado será el día de todos los pequeños, a esos a los que debemos todo, porque el futuro es suyo y lo que hagamos ahora, si lo hacemos mal, será la hipoteca que ellos deberán pagar.
El 20 de noviembre se celebra el Día Internacional de los Derechos de la Infancia y la aprobación de los Derechos del Niño y de la Niña. No es una de esas etiquetas con aroma de marketing, ni mucho menos. Es admitir que no hemos hecho todo lo que debíamos. Es recordar, como dice Médicos Sin Fronteras, que 55 millones de niños menores de cinco años sufren malnutrición aguda. Cada minuto, según la misma ONG, nueve de ellos mueren. ¿Aún hay alguien que crea que celebrar el día del Niño es inútil? Aunque sólo sea por recordarnos que tenemos que redoblar esfuerzos, vale la pena.
Asegurar sus derechos, incluso los más básicos, es una tarea que está al alcance de todos. Una buena sanidad, una educación de calidad, un sustento digno… son pilares esenciales para el desarrollo de la infancia. Y todos podemos aportar nuestro apoyo. A los que nos quedan más cerca o a los que no conoceremos nunca. Eso poco importa, pero seamos conscientes y trabajemos para aprobar esta asignatura pendiente.
El 20 de noviembre se celebra el Día Internacional de los Derechos de la Infancia y la aprobación de los Derechos del Niño y de la Niña. No es una de esas etiquetas con aroma de marketing, ni mucho menos. Es admitir que no hemos hecho todo lo que debíamos. Es recordar, como dice Médicos Sin Fronteras, que 55 millones de niños menores de cinco años sufren malnutrición aguda. Cada minuto, según la misma ONG, nueve de ellos mueren. ¿Aún hay alguien que crea que celebrar el día del Niño es inútil? Aunque sólo sea por recordarnos que tenemos que redoblar esfuerzos, vale la pena.
Asegurar sus derechos, incluso los más básicos, es una tarea que está al alcance de todos. Una buena sanidad, una educación de calidad, un sustento digno… son pilares esenciales para el desarrollo de la infancia. Y todos podemos aportar nuestro apoyo. A los que nos quedan más cerca o a los que no conoceremos nunca. Eso poco importa, pero seamos conscientes y trabajemos para aprobar esta asignatura pendiente.
Cuando uno ve a un niño pequeño enfermo, aunque sea en el mejor de nuestros hospitales, se nos achica el alma. En muchos países, los niños no saben qué es un médico. Cuando vemos a un pequeño que no está escolarizado, nos llevamos las manos a la cabeza. En muchos países, no conocen qué es un colegio. Cuando vemos a nuestro hijo sonreír (a mí me pasa cada vez que veo a mi sobrinita) se nos ilumina el mundo. ¿Por qué no hacemos más por ellos? No hagamos que tenga razón Oscar Wilde cuando decía que ‘los niños comienzan por amar a los padres. Cuando ya han crecido, los juzgan, y, algunas veces, hasta los perdonan’.
¡Estupenda reflexión! tratándose de niños sufriendo o en dificultades todo esfuerzo realizado resulta insuficiente.
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