Este no es el primer blog que escribo sobre este asunto y las barreras que nuestros vecinos discapacitados encuentran a diario. Nosotros, como Ayuntamiento, estamos comprometidos con todos ellos y con sus familias. Por ello, acabamos de celebrar el Día de la Discapacidad, en el que niño de Primaría y Secundaria han conocido de primera mano cómo es la vida de otros niños iguales a ellos, pero diferentes.
Nuestro objetivo es ése. Que todos los niños comprendan que esa diferencias no pueden suponer un obstáculo para interactuar, para jugar, para aprender, para divertirse… En Parla, como ya escribí en otra ocasión, contamos con un centro ocupacional dirigido específicamente a discapacitados intelectuales a los que se les da una formación específica para lograr su inserción laboral y para que puedan alcanzar un desarrollo integral. Es uno de los logros de los que más orgulloso me siento.
Jornadas de sensibilización como la celebrada este jueves ayudan a liquidar tabús, a fomentar la integración y a comprender que la diferencia no debe ser sinónimo de exclusión. Así lo avalan los resultados que se han obtenido de la experiencia “Educación inclusiva con alumnos con discapacidad”. Los chavales conocen de primera mano las necesidades y obstáculos que, a diario, deben superar los niños discapacitados. Y éstos encuentran que sus peculiaridades no son un escollo para su integración.
Y esa solidaridad que crece entre ellos nos debería hacer reflexionar a los adultos, que no siempre adoptamos la actitud adecuada ante los discapacitados. Muchas veces caemos en la compasión, otras en la inacción y, muy a menudo, en una comprensión impostada ante las necesidades de este colectivo.
Muchos de los que acuden al centro de día, y sus familias, me comentan algunos de sus problemas y me permiten conocer muchas de sus virtudes. Por eso sé que está en nuestras manos corregir todas esas actitudes torpes que desplegamos para relacionarnos con ellos. Eliminemos barreras físicas, pero sobre todo mentales. Porque sus diferencias no nos separan, nos unen.
Pues está muy bien escribir sobre la discapacidad, hacer jornadas de sensibilización, hacer crecer la solidaridad y también escuchar a los vecinos. Pero sería conveniente que de vez en cuando haga con los discapacitados, con aquellos que necesitan una silla de ruedas de lamisma manera que usted necesita comer, varias rutas por Parla. Para ver qué falla, dónde hay que corregir, que pasos de cebra hay que elevar por los bordes, qué badenes hay que poner, qué limites de velocidad hay que poner, qué pasos de cebra hay que pintar...Implicarse, pasear, caminar, pero siempre de la mano de alguien con discapacidad. Es la única manera de "ver" lo que las personas sin discapacidad no alcanzamos a ver. Un saludo
ResponderEliminar