miércoles, 9 de mayo de 2012

SIN INVERSIÓN NO HAY FUTURO

Quiero retomar mi blog a colación del debate que se está generando en numerosas instituciones de nuestra geografía sobre la deuda, las inversiones pasadas y futuras, la austeridad o los recortes. Todo metido en una coctelera puede, y en algunos casos así ocurre, producir un devastador y falso debate sobre cómo debemos salir de esta crisis.
Es innegable que este país ha cambiado, centrémonos en nuestra ciudad, os invito a que nos formulemos una pregunta: ¿Cómo éramos hace escasamente unos años y cómo somos ahora?
Muchos sabéis que aún quedan asuntos, propuestas y proyectos estratégicos pendientes en la ciudad. Es verdad y es tanto de justicia como de sentido común reconocerlo. Pero también es cierto que el futuro de nuestra ciudad pasa por nuestro pasado más reciente.
Un reciente pasado en el que las inversiones realizadas posibilitan que hoy una ciudad de la segunda corona metropolitana de Madrid pueda ser receptora de inversión y que como consecuencia inmediata, logre lo más preciado en estos momentos: la activación económica de nuestro país y por lo tanto, vislumbrar la salida de la crisis.
Es verdad que el movimiento de los inversores no será tan trepidante como hace unos años ni  será tan rápido como nuestros deseos de prosperidad colectiva. Pero estoy convencido que en breve lo veremos en Parla y la apuesta que hicimos para posicionar y preparar esta ciudad para este viaje dará sus frutos. Frutos que no son otros que contribuir a la recuperación de este  país.
Como ciudad debemos aportar nuestro granito de arena en lo que debe consumir nuestras energías: combatir el desempleo.
Sin embargo, recuperar nuestro mercado laboral no vendrá solamente de la mano de aquellos que arriesgan su dinero en la creación de industria o comercio sino también de las instituciones si conseguimos el equilibrio inteligente entre el binomio austeridad-crecimiento.
Una ecuación que no parece fácil de resolver si analizamos todo lo que está ocurriendo.  Lo que si yo tengo claro es que uno de los aspectos de la solución es la inversión productiva por parte del sector público para activar el crecimiento situando así de nuevo a nuestro país donde le corresponde.
Eso ocurrió hace unos años en nuestra ciudad y posibilitó que seamos lo que hoy somos y cómo seremos. La inversión pública ha logrado que podamos estar en el centro de Madrid en cuarenta minutos en transporte público, que se realicen más de seis millones de usos del transporte público municipal, aumentando nuestras oportunidades como ciudad y como ciudadanos.
La inversión pública en infraestructuras culturales, sociales y deportivas alberga a miles de usuarios todas las semanas. No solo aportan diversión, formación y ocio…, aportan cohesión social, tener conciencia de proyecto colectivo, relaciones personales, convivencia, crecer en valores si hablamos de los más pequeños. Aportan actividad económica, como aportará la ampliación del polígono industrial, que tanto esfuerzo inversor costó a esta ciudad, o la creación del mercado municipal y el centro de ocio de Parla Este. Estos son los proyectos en los que hemos puesto nuestras energías y que espero que en breve comiencen a dar sus frutos. Proyectos que estoy convencido no hubieran sido posibles, como otros que se han puesto en marcha,  si en el reciente pasado no hubiéramos realizado un esfuerzo de inversión pública.
Quiero terminar agradeciendo a mis convecinos su entereza en estos momentos, su paciencia, su solidaridad con aquellos que más necesitan de los demás y sobre todo, quiero destacar que el esfuerzo colectivo por esta ciudad siempre ha dado resultado. Ha merecido, merece y merecerá la pena.

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