Siempre he
dicho que es legítimo que las administraciones públicas exploren otros nichos de empleo en momentos de
dificultad. También que Eurovegas no
será el maná que resuelva el paro en la Comunidad de Madrid, tanto desde el
punto de vista de las expectativas puestas en el proyecto como del retorno que
tendrá en la sociedad madrileña, en el caso que se lleve a cabo, en términos de riqueza económica y reparto de
la misma. Tampoco
creo que este sea el modelo de crecimiento que nos asegure y consolide ante
nuevas tormentas como la que vivimos.
No nos han
contado cuánto tendremos que invertir con nuestros impuestos para realizar las
infraestructuras necesarias (calles, transporte, saneamiento…) para que el
amigo americano construya sus casinos, eso si, libres de impuestos.
Dicho esto en
un momento en el que hemos vivido un ciclo génesis informativa en Parla, quiero
invitaros a través de estas líneas a que
dediquéis unos minutos a la reflexión y a la defensa de nuestra ciudad.
Primero quiero
recalcar la obsesión por “apretarme las tuercas”, por saber “si tiro la toalla”
(pregunta esta que me formuló un periodista hace unos días), obsesión por
entender que Parla es el campo de batalla que elige el PP regional para dirimir
su particular confrontación política sin
medir las nefastas consecuencias que tiene para la ciudad.
Consecuencias
que ahondan en el desprestigio y que ponen en peligro muchos de los proyectos e
inversiones que se pueden realizar en la localidad. Saquean el trabajo hecho, criticable sí, y el que
debemos hacer. Consecuencias como la de arrasar con la imagen de una ciudad que
pelea por salir adelante, en la que muchos
de mis convecinos luchan por sus familias y también por los demás. Donde
ocurren multitud de proyectos, colectivos e individuales, apasionantes y
productivos para los demás y donde nuestra etiqueta de solidaridad sigue
estando más que vigente en estos momentos.
Arrasar con la
imagen de cientos de funcionarios y trabajadores públicos al comparar sus retribuciones
con los sobres de Barcenas. Obsesión por hacer política chusquera: todo vale
aunque sea utilizando el sufrimiento de miles de desempleados de la ciudad.
Sufrimiento y
desesperación ante el que permanecen impasibles los Gobiernos central y regional.
Menos formación profesional, educación, universidad, dependencia, investigación
y más desmantelamiento industrial y más paro. Menos políticas de empleo y
recualificación. Así lo ha manifestado el propio Partido Popular Parleño que ha
reconocido que las oficinas del Servicio Regional de Empleo no funcionan.
Posiblemente
nuestros jóvenes tendrán que realizar su formación dual no en una corporación
industrial sino en Eurovegas. Eso sí, si eres simpatizante del PP el curriculum
que depositas en su sede correrá más deprisa en el escalafón para conseguir un
mini-job.
Y esto último
no puedo calificarlo de otra manera que de obsceno. Es obsceno jugar con el
sufrimiento y la sensibilidad de quien lo pasa mal. Es obsceno utilizar nuestra
ciudad y poner en peligro todo nuestro esfuerzo colectivo simplemente por
obtener un rendimiento político de índole personal.
Me siento
orgulloso de mi ciudad, por eso y porque trabajo por lo que creo no voy a
permitir que tanta obscenidad tape el trabajo y el esfuerzo depositado por tantos parleños y parleñas a lo largo de
nuestra historia. Esta es mi obsesión.
amigo j maria veo q pides respeto en lo comentarios tu crees q sepuede tener respeto al q a ti no te lo tiene pues mira no hare ninguno por q no puedo tener respeto hacia estos podridos del pp q estan dejando este nuestro pais tuprefato no digo lo q pienso por q lo mas bonito seria hijos de mala madre
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