El otro día discutía con un amigo sobre el ambiente que se está sobre el mundo de la política y de los políticos. “La imagen que tienen de vosotros es de que sois unos aprovechados”, me decía. El tercero en discordia de la charla de aperitivo disentía, pero poco: “Hombre, la gente sabe quién es un corrupto y quien es honrado. Pero es verdad que la imagen de los políticos es mala”. Yo quería hacerles ver que los casos de corrupción son unos pocos sobre una multitud de políticos honestos que hacen su trabajo día a día respetando las leyes y buscando el bien de la mayoría.
Ayer, por la noche, recordé esta conversación tras ver un informativo televisivo. El caso Gürtel, el caso Palmanova, el caso del Cabanyal, el caso… ¿Pero de verdad España es así? ¿En esto es en lo que nos hemos convertido? Tras una breve reflexión decidí que, quizá, el problema estuviera en la imagen que transmiten esos informativos y recordé lo que una vez me dijo un amigo que es periodista (sí, aunque parezca raro tengo amigos periodistas): “Una buena noticia no es noticia”.
Claro que es de interés general los casos de corrupción de los que deben ser como la mujer del César, honrados y parecerlo; claro que deben ser públicos los casos que dan una mala imagen de la política; claro… eso y todo lo demás. Que una buena noticia no sea noticia me parece una máxima dramática y… falsa.
Justo al día siguiente de la charla con estos dos amigos leía en el País Semanal un reportaje que me devuelve a mis convicciones. En Estados Unidos, un niño de 12 años, Max, emplea las tardes en hacer una página web, mitad periódico mitad programa de televisión, en la que sólo hay noticias positivas. Dice que se le ocurrió cuando una profesora le dijo que odiaba ver noticias tristes. La página web de Max es un éxito, pero lo mejor es que no es la única. Hay muchas iniciativas en Internet que reniegan de esa máxima de que una buena noticia no es noticia.
Pues esa idea es la que reivindico. Instalarnos en lo negativo (la crisis, la corrupción, las prevaricaciones…) nos conducen a tener una imagen tétrica de nuestra sociedad. Yo confío en nuestra sociedad y en nuestros vecinos. Sin duda, lo mejor que tenemos.
Ayer, por la noche, recordé esta conversación tras ver un informativo televisivo. El caso Gürtel, el caso Palmanova, el caso del Cabanyal, el caso… ¿Pero de verdad España es así? ¿En esto es en lo que nos hemos convertido? Tras una breve reflexión decidí que, quizá, el problema estuviera en la imagen que transmiten esos informativos y recordé lo que una vez me dijo un amigo que es periodista (sí, aunque parezca raro tengo amigos periodistas): “Una buena noticia no es noticia”.
Claro que es de interés general los casos de corrupción de los que deben ser como la mujer del César, honrados y parecerlo; claro que deben ser públicos los casos que dan una mala imagen de la política; claro… eso y todo lo demás. Que una buena noticia no sea noticia me parece una máxima dramática y… falsa.
Justo al día siguiente de la charla con estos dos amigos leía en el País Semanal un reportaje que me devuelve a mis convicciones. En Estados Unidos, un niño de 12 años, Max, emplea las tardes en hacer una página web, mitad periódico mitad programa de televisión, en la que sólo hay noticias positivas. Dice que se le ocurrió cuando una profesora le dijo que odiaba ver noticias tristes. La página web de Max es un éxito, pero lo mejor es que no es la única. Hay muchas iniciativas en Internet que reniegan de esa máxima de que una buena noticia no es noticia.
Pues esa idea es la que reivindico. Instalarnos en lo negativo (la crisis, la corrupción, las prevaricaciones…) nos conducen a tener una imagen tétrica de nuestra sociedad. Yo confío en nuestra sociedad y en nuestros vecinos. Sin duda, lo mejor que tenemos.
Si alguien desde el Discovery pudiese ver la realidad POLITICA (y no me refiero a la realidad social) de nuestro país, indudablemente que quedaría preocupado por la gran mancha o sombra de corruptela que irradiamos.
ResponderEliminarEstadísticamente es correcto pensar que cada cierto tiempo algún político de más o menos notabilidad pueda llegar a corromperse.
En este momento desde el Discovery no se aprecia un problema aislado. Destacan organizadas TRAMAS DE CORRUPCIÓN que salpican hasta el vértice de la pirámide; lo que no es de extrañar debido a las actitudes protectoras para con los corruptos de quienes ejercen el poder.
Podemos entender que se trata de problemas delicados y difíciles de solventar. Pero si quien debe de actuar no actúa desde el primer momento, aplicando toda la disciplina y sin consentimientos, esto no acabará nunca.
¿Cómo nos verá cualquier ciudadano normal europeo? ¿Qué pensará de nosotros? ¿Quizás tal y como vemos nosotros a ciertos países - que no nombraremos - y que llevan colgando su descrédito y sambenito de corruptos allá por donde pisan?
Pues he aquí el legado que recibe nuestra sociedad como último servicio de estos piltrafas aprovechados.
Cada vez que pasan por TV la boda del siglo -o boda de la vergüenza-, se divisa una atmósfera cada vez más oscura y salen a la luz las caras de unos sinvergüenzas envueltos en trajes multicolores. ¡Pobrecitos!
Como dice José María Fraile, no nos queda más remedio que salir adelante confiando en nuestra sociedad y vecindario. Confiemos en nuestros políticos y en nuestros profesionales, en su sapiencia y capacidad para enmendar ésta situación; y construyamos nuestro día a día que éste sí está lleno de noticias positivas.
Es cierto lo que comentas, pues simplemente al ver cualquier telediario parece una sucesión de desgracias, guerras, atentados y todo lo peor. En la acomodada sociedad occidental acostumbrada a semejante insistencia con tantas desgracias televisivas, lo que ocurre es que al final la gente cree que eso nunca puede duceder donde vive y que ocurre en lugares muy remotos.
ResponderEliminarPero también sería irreal y negativo dar contínuas noticias positivas porque se estaría falseando la realidad y creando un mundo idílico que ignora lo que de verdad sucede y a sus causantes.
El cine ha trasladado a las pantallas con buen resultado esas propuestas de noticias buenistas y mundo feliz televisivo. "El show de Truman" y "Bienvenido Mr. Chance" son dos grandísimas películas ilustrativas del poder manipulador de los medios de comunicacion en uno u otro sentido
ResponderEliminarYo también tengo amigos periodistas y a mí me dicen siempre que "contar la verdad estropea la noticia"....asi de triste.
ResponderEliminarElena Delgado
Quizás, entre todos, deberíamos hacer algo para revertir esta situación y que las buenas noticias sean de verdad las noticias que llenen nuestros días.
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