Ni la vieja Europa ni los modernos Estados Unidos supieron prever el movimiento democrático que el pueblo árabe ha puesto en marcha llevándose por delante regímenes tan poco recomendables como recomendados por la UE, los EE UU y la ONU.
Ben Ali, Hosni Mubarack... y ahora Muamar el Gadafi. De sabios es reconocer los errores, como hizo el otro día Carme Chacón al admitir que "Europa ha sido demasiado benevolente con Gadafi". Libia está sufriendo el delirio de un tirano al que se le perdonaron demasiadas cosas demasiado execrables. La tarea de laminación que ahora ha emprendido contra su propio pueblo es solo el ejemplo.
Lo interesante de este movimiento es cómo los aires de libertad y democracia no son controlables. Aquí, hace más de 30 años supimos dar una lección de cómo enterrar un pasado gris para encarar un futuro prometedor. Y todo con diálogo y sin pistolas. Ahora, que se conmemoran 30 años del intento golpista de involución, asumamos que lo que fue positivo para nosotros lo será para otros. Que los golpes siempre causan unos hematomas que solo se curan con bálsamos de libertad.
Libia empieza a sentir cómo las democracias de más rancio abolengo condenan a Gadafi y se inclinan por apoyar a un pueblo que demanda más libertad y menos diplomacia esa pléyade de notables a la que retrató Napoleón: "La diplomacia es la policía en traje de etiqueta". Pues seamos consecuentes.
Porque Libia queda lejos, pero sus problemas son universales. La libertad, la democracia, la tolerancia, la convivencia, el respeto al diferente... Apoyemos una Libia democrática y recurramos a alguien que fue atropellado por el totalitarismo, la guerra y sus excesos. Recordemos las palabras de Miguel Hérnandez en "El Hombre acecha", recordemos los versos declamados por Serrat poniendo voz al poeta maltratado: "Para la libertad, sangro lucho pervivo (...)". Por una Libia (y un Egipto y un Túnez y...) libre, por un libro y un poeta universal, por unos valores innegociables.
... hay que despertar, luchar, progresar, todos, unidos, a solas, ... para poder vivir con dignidad, poder vivir libres...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Hay que despertar!!!
ResponderEliminarMientras los alcaldes de la zona sur se reunen hoy con el ministro de Fomento para mejorar el servicio de Cercanías, nosotros seguimos soñando con la promesa de un simple apeadero de tren en Parla norte o Parla Este. Menos mal que somos del mismo partido que el Gobierno. Aunque como sea la misma promesa que nos hicieron a nosotros hace 6 años, ya pueden olvidarse...
Por cierto, esperemos que de verdad seamos más libres que en Libia y por lo menos publiquen el comentario.
Si no apoyamos ahora a Jose Maria Fraile, que es el unico que puede luchar por todo lo que todos creemos no conseguiremos nada, así es que os animo a hacerlo
ResponderEliminarJose Maria pone el esfuerzo, el trabajo y el sacrificio, pero necesita de todo nuestro apoyo para conseguir podernos ayudar a todos nosotros
ResponderEliminarUn Modelo para los Pueblos Libres:
ResponderEliminarEn las sociedades verdaderas de democracia o en cualquier otro sistema, los magistrados jueces fiscales deben ser independientes, políticamente, económicamente del gobierno, antes de entrar a cumplir su función; deben renunciar ante los pueblos, sus creencias religiosas su simpatía o pertenencia a cualquier grupo político; deben perder el derecho al voto a cualquier ideología o política etc. Para que de esta forma sean hombres, probos, neutros objetivos e imparciales ante cualquier otra persona. Entonces los pueblos alcanzaran a una verdadera justicia sin manipulación alguna.
Los magistrados de todo el mundo, deben acusar basándose en pruebas científicas ,para que con ello se respalden sus juzgamientos, en caso contrario la duda cundirá en boca de los pueblos la justicia será insatisfecho por siempre.
El escritor: Que busca la libertad de los pueblos.
Elwin Carbonelli