Banear, post, twittear, troll, follower, trending topics, rss, podcast… Este es el nuevo lenguaje, es la fórmula mágica con la que hoy llegamos más lejos, a más gente, es el esperanto del siglo XXI. Internet y las redes sociales nos permiten llegar a la puerta de la gente: tu amigo, tu vecino, de aquel con el que compartes gustos y aficiones pero aún no conoces en persona, del que opina lo contrario que tú. Es una herramienta generosa y absorbente, doy fe de ello.
Las nuevas tecnologías, las nuevas plataformas, las nuevas puertas de entrada son una bendición para acercarnos donde antes ni imaginamos. Ahora bien, nada de eso se sostiene en el tiempo si no hay un andamiaje de ideas que le aporte empaque. Por eso, desde aquí quiero reivindicar eso que políticos como Felipe González o Jordi Pujol han llamado siempre el discurso y que ahora, nos ha dado por llamar el relato. En resumen, la ideas ¿De qué nos sirve llegara a más gente si luego no tenemos nada solvente que decir? ¿Para qué contactar con gente más joven (o no tanto) si luego nos quedamos en la anécdota? ¿Qué sentido tiene interactuar con gente más preparada si no somos permeables a sus argumentos y nuestros principales comentarios se basan en la crítica irrazonada y el insulto?
Un ejemplo claro de cómo las nuevas tecnologías nos permiten progresar e ilusionar a nuestros vecinos fue el movimiento que impulso Barack Obama. En un sistema tan cerrado como el de Estado Unidos en el que el dinero lo es casi todo, Obama y su apuesta por las nuevas tecnologías, mezclado con un mensaje renovador, atractivo y estimulante lograron un sueño casi futurista. Obama supo ver las posibilidades de la red de redes, pero tenía un programa, un discurso estructurado, un relato que caló en un electorado hastiado por otras formas más rancias de hacer política.
Me considero un aprendiz de todo este apasionante mundo de Internet, admito ser un enamorado de los nuevos recursos y gadgets, me declaro ferviente defensor de este universo que estamos empezando a conocer. No pongamos puertas al campo y admitamos que mi idolatrado Woody Allen está en lo cierto cuando señala: “Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”.
Y gran parte de esa vida está en un mundo llamado Internet. Os invito a compartir un futuro en común.
Las nuevas tecnologías, las nuevas plataformas, las nuevas puertas de entrada son una bendición para acercarnos donde antes ni imaginamos. Ahora bien, nada de eso se sostiene en el tiempo si no hay un andamiaje de ideas que le aporte empaque. Por eso, desde aquí quiero reivindicar eso que políticos como Felipe González o Jordi Pujol han llamado siempre el discurso y que ahora, nos ha dado por llamar el relato. En resumen, la ideas ¿De qué nos sirve llegara a más gente si luego no tenemos nada solvente que decir? ¿Para qué contactar con gente más joven (o no tanto) si luego nos quedamos en la anécdota? ¿Qué sentido tiene interactuar con gente más preparada si no somos permeables a sus argumentos y nuestros principales comentarios se basan en la crítica irrazonada y el insulto?
Un ejemplo claro de cómo las nuevas tecnologías nos permiten progresar e ilusionar a nuestros vecinos fue el movimiento que impulso Barack Obama. En un sistema tan cerrado como el de Estado Unidos en el que el dinero lo es casi todo, Obama y su apuesta por las nuevas tecnologías, mezclado con un mensaje renovador, atractivo y estimulante lograron un sueño casi futurista. Obama supo ver las posibilidades de la red de redes, pero tenía un programa, un discurso estructurado, un relato que caló en un electorado hastiado por otras formas más rancias de hacer política.
Me considero un aprendiz de todo este apasionante mundo de Internet, admito ser un enamorado de los nuevos recursos y gadgets, me declaro ferviente defensor de este universo que estamos empezando a conocer. No pongamos puertas al campo y admitamos que mi idolatrado Woody Allen está en lo cierto cuando señala: “Me interesa el futuro porque es el sitio donde voy a pasar el resto de mi vida”.
Y gran parte de esa vida está en un mundo llamado Internet. Os invito a compartir un futuro en común.
Y esta tarde compartiremos esa sesión de internautas en la biblioteca Gloria Fuertes.
ResponderEliminarSaludos
Me gusta que los políticos utilicen estos canales para conectar con los ciudadanos. Bien!
ResponderEliminarEste pequeño mundo a la vez forma parte de una gran parte de mi pequeño mundo personal; y gracias a este pequeño mundo me siento más cerca de mis amigos.
ResponderEliminarQue Chema Fraile es un Tío Grande, Sincero, convincente y que me inspira tranquilidad y confianza...no nos Falles Jose María...Estamos Contigo!!...Entre todos Sí.
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